El último gran reto de Messi

Para el argentino, esta final en Berlín podría definir su legado

 Tres nombres enlazan la conquista de la Champions de 2006 con la final de 2015. Iniesta, Xavi y Messi pueden lograr este sábado en Berlín su cuarto título y aunque solo el primero de ellos, el manchego, fue protagonista en la final de París frente al Arsenal, es el último, Leo, quien acaba por ser hilo conductor de toda esta historia en azulgrana.

Para Leo la final de este sábado no es una más. Es la que le ofrece la oportunidad no solo de ganar su cuarta Champions, sino de, por encima de todo, colocarle de forma definitiva en el trono del fútbol.

El tipo que lleva diez años brillando… Y que sigue dispuesto a hacerlo, por lo menos, otros cinco. Messi, quien nunca le perdonó a Frank Rijkaard que le dejase fuera de la convocatoria en aquella noche de 2006, argumentando que salía de una lesión pero provocando su enfado mayúsculo por cuanto sí sentó en el banquillo a Xavi, quien acababa de recuperarse de una grave lesión, se ha convertido en el líder espiritual y futbolístico del mejor Barça de la historia.

Y alargando una época que muchos dieron por acabada con la marcha de Pep Guardiola en 2012. O tras la temporada de Tito Vilanova, en 2013, cerrada con una Liga de 100 puntos y una triste eliminación en las semifinales de Champions frente al Bayern… Con Leo lesionado.

Pero a quienes escribiesen o proclamasen en voz alta aquella era como ‘El Barça de Guardiola’, debieron comenzar ya a variar, a cambiar de titular. Este es el Barça de Messi, en mayúsculas y sin disimulo. Y la final de Berlín representa el último y mayor desafío para el crack argentino.

A Leo podrán aún discutirle si es ya o no con pleno derecho el mejor futbolista de la historia, pero mientras lo hacen, quienes lo hagan, se deberá abrir un capítulo especial en la historia del Barcelona para colocarle en el trono sin más dilación.

Messi ha protagonizado los mejores años del club azulgrana desde el terreno de juego, sumando records y repartiendo éxitos para alcanzar la eternidad. Pero no todo ha acabado.

Empeñado en prolongar esta catarata de felicidad, el jugador argentino ha protragonizado probablemente los mejores seis meses de su carrera, conduciendo al Barça de Luis Enrique a la conquista del Doblete y colocándole en puertas de un triplete que sería igualmente histórico, por cuanto ningún club hasta hoy consiguió alcanzarlo dos veces.

Simeone o Valverde fueron los dos entrenadores que sufrieron por última vez qué significa enfrentarse a la Pulga.

Allegri, este viernes, reconoció la imposibilidad de frenarle y él acudió al último entrenamiento, en el Olympiastadion, con esa sonrisa pícara que ha regalado en los últimos tiempos. Una sonrisa de aviso.

Aquí está Messi. Otra vez. Como siempre.