miércoles, 3 de agosto de 2016

Cambiemos esta Vaina...

Nuestra Hermosa tierra Necesita de los Jovenes para salir a delante a expresar su Voz sin Miedo alguno de las consecuencias, Hoy he Invitado a un Gran Amigo y Hermano a compartir su Sentir por Nuestra Venezuela... 

Rafael:
Venezuela vive tiempos claves, en los que podemos ser protagonistas; ya basta de decir que el país se jodió, y no tiene remedio, cuando lo que tenemos es una oportunidad de crecer como sociedad. No somos el único país que ha pasado por crisis, tenemos a Japón, Chile, España, y otros mas que podríamos mencionar para llenarnos de esperanza.

Las mareas altas son necesarias para valorar la calma, la oscuridad lo es igual para apreciar la luz, la enfermedad para ver lo importante de la salud... Así pues, tenemos que comenzar a mirar lo que sucede en nuestra nación, inseguridad, descontrol, delincuencia, decadencia, antivalores, elementos que corroen sin compasión nuestras calles, nuestras familias. ASUMAMOS EL RETO ENTONCES, DE CAMBIAR ESTA VAINA, TU Y YO. Ni largándonos, ni renegando lograremos nada; al contrario, alcanzaremos la cima como pueblo cuando comencemos a echarle bola a esto, cuando empecemos a curar a una Venezuela herida por nuestras propias manos. 

Escribe Rafael, un Venezolano ARRECHO de escuchar gente renegando, que no hace nada por la casa donde habita. 
Rafael Quintero

Reflexión del Día de Hoy...

Una Imagen Vale mas que Mil Palabras...

lunes, 1 de agosto de 2016

Crónica de un Calendario...


Ni bien ni mal sino todo lo contario
Luis Miguel Sandoval

El sol lanza sus primeros rayos rebotando sobre su cara; abre los ojos muy despacio y ve como pasa otra página más en su calendario. Quisiera muy en el fondo que el tiempo se detuviera también para él y acompañarla así en este espacio suspendido donde no existe el pasado, el  futuro ni  mucho menos el presente… Simplemente permanecer así, sin deseos, sin anhelos, sin recuerdo alguno.
Esboza una sonrisa en su demacrado  rostro que  esconde tras de sí una sarcástica intención, pero siendo sincero consigo mismo cae en cuenta que no guarda ningún recuerdo de ella. Toma aire, se incorpora sobre el viejo catre y llevando sus manos largas y finas  a su cabeza, coronada con una frondosa mata de cabellos grises intenta repasar su película mental repitiendo la trama una y otra vez con el mismo resultado.
“En ningún lado apareces” exclama, al mismo tiempo que se pone en pie y continua su locutora retorica como quien clama por agua en el desierto; “no te imaginas cuanto deseo que regreses a mi vida, que me reconozcas, que me hables”, y como si se tratara de una tormenta comienzan a llover sobre el pensamientos y el deseo único de encontrarla durante las noches.
Corre desbocado, toma la sabana y la desdobla sobre el mugroso y agrietado piso y extendiendo las manos entre ella comienza a imaginar que nada en medio de la noche, chocando de pronto con la soledad y el frio rechazo del viento que se cuela entre las rejas de su ventana. Quiere llorar pero no puede, quiere gritar pero no puede, quiere morir pero no puede… y por largas horas permanece ausente, inmóvil, falleciendo sin morir del todo minuto a minuto así como ella en su pensamiento.
Su larga humanidad conformada por sus huesos pegados de carne y cubierto con retazos áridos de tela que una vez fue blanca yace en el suelo consiente de cada segundo que pasa como un compás de respiración artificial; creyendo recuperar lo que una vez fue la paz interior medita en cada tramo y palpo de vida y nuevamente su cuerpo y su mente se ven sacudidos por una inquietud, cierra sus ojos  claros y la duda toma fuerzas de vendaval  incorporándolo a tiro y de un solo movimiento da contra la ventana robando los rayos al sol y el poco aire  que entra colado de las densas nubes.
Su mirada clava un firme  cielo, y con él su tosca voz, dejando con ella el corazón cada bocado de respiración. “Tu presencia aquí depende de tantas cosas que son esquivas a ti y a mi” sus parpados sienten el húmedo llanto que corre cargado de mucho más que dolor y amargura al saber que ella no tiene movimiento, su voz callada no le hace eco y los latidos de su corazón se le hacen fuerte con cada segundo marcado de manera artificial.
En un deliberado momento le da solo por gritar “reacciona, despierta, te ordeno que vuelvas” pero el mismo impulso le trae de regreso al frio momento que pasa y reconoce que nada puede hacer, porque esta anestesiado en la vida como ella en su cabeza, vencido por sus propios miedos, dolores y temores se desploma por completo perdiendo el conocimiento…
El reloj que no está en la pared aun marca su continuo ¡Tic Tac! Dándole entrada a los diferentes espacios que hacen vida en forma de 24 estelas divididas entre 60 estrellas… ¿Cuantas han muerto, cuantas han caído desde que perdió la conciencia? Sereno, tranquilo y con firmeza no le come fuerzas a la duda y se genera más de una pregunta ¿porque lo hiciste?, ¿Por qué yo? Para él, fuera sido más sencillo que la vida tomara su curso. A pesar de todo acude como siempre a la misma hora a su lado y la pone  al corriente de lo que sucede en el mundo, en el país, en el hogar, en su corazón y siempre le da la gran noticia de que no existe nada, solo basura paredes y soledad.
Por momento auto ejerce la psiquiatría toma su silla y frente a la pared se escucha, se analiza y se médica a sí mismo. “Cuénteme sus problemas, yo le puedo ayudar” y después de una terapia de relajación se da los resultados “está usted loco” pero como no se conforma decide siempre tomar una segunda opinión y agarrar sus propias riendas, piensa que unos gramos de morfina cambiara su dolor por calor, pero en el fondo sabe que ni eso tiene en su despensa… y entonces se ve enfrentando al gran dilema de ser o no ser, de hacerlo o no.
Se siente egoísta por no dejarla ir, pero está convencido que sin ella llegaría a un colapso mental, siente la locura venir cuando ella no está. Mira la luz  de la luna hacer reflejo por los barrotes de su celda y cae en la cruda realidad de que su calendario se agotó, las ultimas estelas murieron y las estrellas que aun alumbran están en un estado agónico; es hora de morir en el silencio del sanatorio, es hora de dejar a un lado el marfil que llamamos cuerpo…
Su restos yacen sobre las sabanas y antes de entregarse a Morfeo el dios de los sueños agota su ultimo recuerdo de ella y asume su destino con una leve y sencilla sonrisa dejando escapar un último pensamiento “fui yo quien corto el lazo que nos unía, mi cordón umbilical” y pronunciando un tímido te amo funde así como cada noche su cuerpo y mente entonando cuatro letras…. “Mamá”…


CRÓNICA DE UN CALENDARIO

@miguelsprovida

Reflexión del Día de Hoy...

Una Imagen Vale mas que Mil Palabras...

viernes, 1 de julio de 2016

Reflexión del Día de Hoy

Una Imagen Vale mas que Mil Palabras...

La Caja de Pandora Regresa Renovada...


Después de un Tiempo en Renovación Regresa Nuevamente su Rinconcito de encuentro, destinado a Fortalecer su Conocimiento Intelectual y Alimentar su Alma con las mas Variadas Publicaciones, Reflexiones y Anécdotas para el transcurrir del Día... La Caja de Pandora 23 esta mas Cargada que Nunca esperando a que la abras y descubras lo que trae para Ti!!!

Mas allá de una Imagen Fresca te presentamos las Renovadas secciones diarias:


Lunes de Curiosidades 

Martes de Salud Y Vida



Miércoles de Reflexion y Fe


Jueves de Amor y Familia


Viernes de Entretenimiento y Diversión


Acompañadas de tus Imágenes Reflexivas y las anécdotas que calaran en cada palmo de tu ser... Lacajadepandora23 llegó para quedarse....


domingo, 19 de junio de 2016

Feliz dia del Padre...

¡CARTA A MI PADRE!
Por Carlos Dorado 
"El Universal"

Querido Padre: tú has sido en nuestro hogar, un ejemplo vivo de cordura, honradez, esfuerzo, austeridad, previsión, sensatez y generosidad. 

Tú has pertenecido a una generación que le tocó un cambio muy duro: de jóvenes que trabajaron para sus padres, y de casados que trabajaron para sus hijos; pero fueron gente feliz. Gente que veía el trabajo como una oportunidad de progresar, como algo que les abría un futuro mejor, y se entregaron a ello en condiciones muy difíciles. Fueron parte de una generación que compraban las cosas cuando podían, y únicamente lo que se podía; y que sólo pedían prestado cuando tenían una gran necesidad, dejando la piel si era necesario, para pagarlo rápidamente. Tú has pertenecido a esa generación que ahorraban siempre "por si pasaba algo", que gastaban únicamente en lo necesario, y que las vacaciones significaban salir a pasear los domingos, y de vez en cuando, hacer una parrilla en algún campo de El Junquito, con unos amigos y la familia. 

Tú sabías que el esfuerzo tenía recompensa y la honradez formaba parte del patrimonio de cada familia. Sabías que eras pobre, pero nunca por eso dejaste de ser honrado. Sabías lo que era ser padre, y nunca entendiste lo de "papi", o "papito". Ejercías esa autoridad que te daba el ser padre, y bastaba una mirada tuya, para saber que lo que estaba haciendo, estaba mal. 

Siempre y toda la vida te traté de usted. No, no fuiste un amigo; fuiste mi padre, y siempre exigiste tus derechos como padre, y asumiste tus obligaciones con tus hijos, hasta el extremo que cuando las necesidades te obligaron, a tus 48 años agarraste a tu esposa, a tu hijo más pequeño y dejaste tu tierra, tus otros hijos, para enfrentarte a una América desconocida. Tú, padre, siempre viviste (con mi madre) de tal manera que cuando pienso en justicia, cariño, sacrificio e integridad, pienso en ti, pienso en ustedes.

Gracias, padre, por haberme enseñado con tu ejemplo. Gracias por aquella frase que siempre me decías: "Carlos, todos quieren ir al cielo, pero nadie quiere morirse", siempre ha significado mucho para mí. Gracias por haber sido un gran maestro. ¡Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el haber sido hijo de buen padre!

Nunca conocemos el amor de un padre hasta que nosotros mismos nos convertimos en padres. A partir de ese momento, ya no eres responsable sólo de tu vida sino también de otra, y con esa responsabilidad se vive hasta la muerte. Por eso, padre, el día que fui padre entendí y aprecié, más aún, tu papel de padre; y quizás entendí por qué Dios muchas veces castiga en los hijos las culpas de los padres, porque no hay mayor dolor para los padres que el dolor de los hijos.

Sentado tú en el sillón, cuando el cáncer estaba acabando con tu vida, me miraste a los ojos, y comenzaron a caerte las lágrimas, y ambos comenzamos a llorar, y me dijiste con la voz entrecortada por el llanto: "Carlos, me muero tranquilo, porque sé que mi hijo va a ser mejor que yo, y ese ha sido precisamente el objetivo de mi vida". No pude responderte en ese momento, el llanto me lo impedía; pero qué equivocado estabas; me pusiste el listón demasiado alto.

Padre, no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca se tuvo. Gracias por haber sido mi padre y mi ejemplo, por haber sido una de las cosas más bellas de mi vida. Siempre guardaré tus bellos recuerdos y tus enseñanzas, y que el tiempo no logrará sacarla de mi alma... de repente te vuelves hacia mí, sonriéndome, y yo vuelvo a llorar de la emoción de haber tenido un padre como tú.